Tiene triste gracia que, a causa de disponer de una izquierda/separatismo antiespañola, y una derecha maricomplejines y oportunista, las obras artísticas que de alguna manera reivindican la grandeza de la hispanidad, hayan de llegar de useños como The White Stripes y Diane Martel:
O de otro estadounidense como Darren Aronofsky en su película La fuente de la vida:
Con mayor o menor acierto y bajo algunos prejuicios, al fin y al cabo son extranjeros, pero ambas son muestras de buen arte que, por comparación con el páramo cultural de España, enardecen al patriota.
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