sábado, 21 de noviembre de 2009

Anarquismo


Mientras los socialistas sean socialistas, y los peperos continúen usando el liberalismo como excusa para que los empresarios delincan sin estorbos, yo seré anarquista. Sí, es una utopía, quizás la más salvaje, pero también un contrapeso necesario para corroer esta sociedad infecta.


Política y formas de pensar en España


- Izquierdas: Dedicadas a robar para algunos pobres y para sus propagandistas.

- Derechas: Dedicadas a robar para algunos ricos y para sus propagandistas.

- Apolíticos: Dedicados a robar para sí mismos.

Así pues, en este país apenas se practican ideales honestos, y las pocas personas que lo hacen, quedan sepultadas bajo la masa de troleros, chorizos y putos.

Realmente es un problema del mundo latino en general (quizás la cultura más cínica e hipócrita del mundo, contando también África y oriente). Y España (incluyendo a Portugal), es en cierto modo el centro del mundo latino, siendo sus extremos Italia, Francia e Iberoamérica, a grosso modo.

Según cuenta Pío Moa, en cierta ocasión un embajador inglés describió así a nuestros líderes (que como bien dicen ellos, representan a su pueblo): golfos, señoritos engreídos y mediocres farsantes.
El primer carácter es el predominante en Italia. El segundo en Francia, y el tercero en Iberoamérica, siendo una mezcla más o menos equitativa de los tres lo que predomina en España.

¿Cuales serán las raíces de toda esta inmundicia cultural? Ha de tratarse de algo común a todos esos países, y que apenas esté presente en otros. Quizás el catolicismo. Concretamente, lo que ha sido desde la reforma protestante (cuando empezó a perder vigor intelectual) hasta nuestros días. Aunque impregnaría de igual modo a nuestros anticatólicos.

Me inclino a pensar que una cultura que da tanta importancia a las imágenes, es decir, a los iconos y la estética, por fuerza ha de descuidar el interior, o el contenido. A lo largo de los siglos eso se ha transmitido desde la religión a todos los aspectos de la vida. Por ello en la cultura latina hay una obsesión por cuidar las apariencias y el qué dirán, mientras se descuida o desprecia la verdad y la moral.

Un buen ejemplo: las procesiones de Semana Santa, especialmente en Andalucía. Figuras adornadas con un recargo enfermizo, adoradas por millares de seguidores, muchísimos más de los que practican la religión, e incluso de los que creen en unos aspectos mínimos. Los mismo/as que luego van a los campos de fútbol a insultarse, o cada dos por tres a comprar ropa de moda. Un grito muy común en las procesiones, ante el paso de las vírgenes: "¡Guapa!". La Virgen María nunca se distinguió ni por belleza ni por fealdad, sino por santidad. Pero claro, el vulgo la alaba con lo que ellos sienten como más halagador en la realidad. Si uno se equivocase gritándole "¡Santa!", al poco tendría que esconder la cabeza bajo tierra avergonzado.

El típico carácter andaluz es quizás el latino más "perfecto", en tanto que es pura fachada. Un derroche de simpatía que esconde una moral especialmente mezquina y trilera.

Hechos paralelos


Los hombres adinerados tratan a las mujeres como felpudos / Las mujeres tratan a los hombres pobres con aún mayor desprecio.