viernes, 20 de mayo de 2011

Persona non grata en el festival de Cannes


Los cinéfilos esnobs, tan bien representados por las elituchas que organizan los festivales, han finalizado su proceso de comprensión de la obra de Lars Von Trier, habiendo pasado de considerarlo Dios a Demonio, en cuestión de 10-15 años.

Es el mejor cineasta del mundo, y me alegro del odio que genera en esa gentuza. Si no fueran tan hipócritas quemarían sus películas; como solían hacer, por ejemplo, los nazis. Y es muy oportuno recordar que los nazis sólo suponen un ejemplo; ellos no inventaron el hijoputismo, sino que en todas las épocas ha habido grandes masas de despotillas ansiosos de imponer sus ideales. De hecho, la palabra "nazi" tal y como suelen usarla nuestros déspotas actuales, sólo viene a significar lo que en otros tiempos se llamaba hereje.


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