lunes, 7 de mayo de 2007

Elecciones francesas

Tras el triunfo en Francia de una derecha liderada por Nicolas Sarkozy, más fuerte que la que ya gobernaba en el país, los socialistas franceses, desesperados por tantos años de fracasos, han reaccionado como suelen hacerlo en todo el mundo. Con violencia. Los radicales que querían a Ségolène Royal, "acatan" la decisión del pueblo francés incendiando y destrozando las calles. Nada más conocerse el resultado electoral, estos que se las dan de demócratas tratan de acabar con la democracia misma, a golpes.

Quizás lo que pretendan sea, como dice el cineasta argentino Fernando E. Solanas, "democratizar" la democracia, que es el eufemismo que los comunistas y marxistoides utilizan ahora para referirse a la ascensión de una dictadura comunista. También a veces la llaman "democracia participativa", como le gusta al tristemente español Llamazares. Lo que sea para colarle a la gente el liberticidio.

Curiosamente, la mentirosa Ségolène (la Zapatera francesa) era la que acusaba a su competidor de ser “peligroso para la democracia”. Debía referirse a que si no se les daba el gusto a sus votantes socialistas, iban a crear mucho peligro. Toda una lección de “demócratas”: si somos mayoría vale, pero si no, nos pasamos por el forro la democracia, nos enfadamos y la liamos. Como hicieron en España en el 34.

Envidia da Francia, como siempre. Un debate televisado entre los dos candidatos en el que no se habló de nacionalismos (igualito que aquí). Un sistema educativo igual para todos, y no diecisiete como aquí. Tres partidos situados a la derecha de los socialistas (y eso contando sólo los que tienen amplio apoyo popular). En contra de lo que piensan bastantes simpatizantes del PP, eso mismo es lo que necesita España. Que surjan más partidos fuertes de derechas. Eso, por un lado, anularía la persistente mentira sociata de “el PP está solo” (y el PSOE con todos los guerracivilistas, claro) que a tanta gente tima. Y por otro lado, al haber más opciones diferentes del nacionalismo y el socialismo, atraería a más gente a votar. La amputación política que sufre España falsea los resultados electorales. No hay tantos simpatizantes de la delincuencia como se aparenta.

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