lunes, 5 de marzo de 2007

Jornada negra en la liga

El equipo de fútbol más despreciable es el Sevilla F.C. Al menos con el presidente Del Nido, que siempre ha fomentado que su club sea una patulea de macarras. Y en alguna ocasión incluso se ha jactado de no cumplir las leyes.
Este es el club en cuyo estadio un grupo de niñatos apaleó a un guardia de seguridad. Es el club que tuvo al camorrista (no futbolista) Pablo Alfaro, y mantiene a su heredero Javi Navarro, que rompe el corazón de unas cuantas sevillistas cada vez que manda al hospital a algún jugador, dejándolos en ocasiones al borde de la retirada del deporte.
Dani Alves, con sus modos y aspecto de australopiteco, es ahora el máximo exponente de la filosofía “Del Nido”.
Dan mucho asco ese tipo de macarrillas listillos, que siempre están hostigando de forma sucia pero también sabiendo aprovechar la memez y cobardía de muchos arbitros para darle la vuelta a la tortilla (la vergonzosa expulsión de Giuly de ayer: lo que debió ser tarjeta amarilla para Alves se transformó en una fantasmal tarjeta roja para el francés).
No sólo de algunos árbitros, también consigue ganarse elogios de muchos "periodistas", incapaces de ver que si a ese tío se le impidiese ejercer la marrullería, destacaría mucho menos. El rondó de La2 lo ha elegido mejor jugador de la jornada, y los iluminados de Canal 2 Andalucía ya lo anuncian como el mejor lateral del mundo.

Ya tiene mérito para Del Nido haber formado un club aún más odiable que el Farsa, que ayer uno no pudiese impedir estar del lado de polacos como Oleguer.

Mientras, continúan los robos al Real Madrid. En esta última jornada, dos penaltis claros a favor no señalados. Casi toda la prensa al unísono insiste en que el problema del equipo es Capello. Como si hubieran pasado por el banquillo pocos fracasados antes que él.
El problema realmente viene de una plantilla formada por una parte de viejas glorias acabadas y por otra de nuevas adquisiciones que no fructifican (unas por edad, como Cannavaro o Emerson, y otras por nulidad, como Cassano) o no se les da suficientes oportunidades y confianza. Y sobre todo, del antiespañolismo rampante en la sociedad zetaperina, que en el fútbol se traduce en anti-madridismo, por ser el equipo más representativo de la capital de esa nación que se odia. Los seguidores del Real Madrid, pese a ser los más numerosos, llevan su militancia con complejo, como el sentimiento nacional en el ámbito político, lo que les lleva en muchas situaciones a convertirse ellos también en paradójicos enemigos de los intereses de su propio equipo. Dañar al Real Madrid se ha convertido en un clásico para la prensa, los árbitros, y la sociedad en general.

Y hablando de otro deporte, ¿piensa el PSOE denunciar a Carlota Castrejana (y al resto de nuestros atletas campeones) por enarbolar la bandera de España, como hicieron contra los manifestantes del Foro de Ermua y la AVT?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Capello, ahora debe estar descubriendo a su pesar que no es lo mismo ser entrenador de la Juve que del Madrid. No es lo mismo entrenar al club de la todopoderosa familia Agnelli y ser archirespetado que entrenar a un equipo español de proderechistas y ser tiroteado. Estará arrepentido de su elección?

Mastieno dijo...

A uno le tiene que gustar demasiado el dinero para ir a entrenar al Real Madrid en este contexto.

Imagino que el próximo en caer será Schuster, por no tener mucho prestigio aún. Dudo que Mourinho o Benítez deseen suicidar el suyo.