jueves, 7 de agosto de 2008

El voto de Rajoy


Yo creo que el Futurista Solemne y Económico de la Nena Angloparlante (FSENA), tal y como lo ha llamado Pío Moa con acierto y gracia, si no estuviese metido en política, votaría al PSOE.

No tiene ninguna de las convicciones propias de la derecha, como está demostrando sobradamente. Ya en la legislatura pasada le costaba horrores referirse a temas vitales como los asesinatos (legalización del terrorismo, abortos masivos, etc) u otros ataques de menor entidad contra la libertad que llevó a cabo el gobierno de Zapatero.
Cuando en los últimos meses previos a las elecciones se empezó a ver claro que nos metíamos en una crisis económica, FSENA respiró aliviado y en los mítines exclamaba feliz: ¡ECONOMÍAAEEEAAAA! Para un principio "moral" que tiene y no entiendo el motivo de su orgullo, pues fue Aznar (y Rodrigo Rato), no FSENA, el que consiguió arreglar la crisis heredada de Felipe González, el anterior sinvergüenza del PSOE que hubo que sufrir.

Entonces, si tan poco aprecio le tiene a los ideales propios de la derecha, o al menos a los mejores de ellos, ¿será que no tiene ningún ideal, o más bien que ama en secreto los de la izquierda?. Mucho me temo que, como mínimo, si este personaje no estuviese haciendo carrera de politic(astr)o en el PP, votaría al PSOE con mucho gusto.



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"Según la tradición, Don Oppas es enviado por los moros, como noble visigodo, para convencer a Don Pelayo de que se entregue. Las Crónicas nos han dejado una conversación que probablemente no fue así, pero que tiene interés recordar:

- Don Oppas: Hermano, estoy seguro de que trabajas inútilmente. ¿Qué resistencia has de oponer en esta cueva, cuando toda España y sus ejércitos unidos bajo el poder de los godos no pudieron resistir el ímpetu de los ismaelitas? Escucha un consejo: retírate a gozar de los muchos bienes que fueron tuyos, en paz con los árabes como hacen los demás.

O sea, que a gozar y callar, que es tentación muy extendida en todos los tiempos. Pero Don Pelayo era hombre de principios. Y esto es lo que contestó:

- Don Pelayo: No quiero amistad con los sarracenos ni sujetarme a su imperio. Porque ¿no sabes tú que la Iglesia de Dios se compara a la luna, que estando eclipsada vuelve a su plenitud? Confiamos, pues, en la misericordia de Dios, que de este monte que ves saldrá la salud de España. Tú y tus hermanos, Don Julián, ministros de Satanás, determinasteis entregar a esas gentes el reino de los godos; pero nosotros, teniendo por abogado ante Dios Padre a Nuestro Señor Jesucristo, despreciamos a esa multitud de paganos, en cuyo nombre vienes, y por la intercesión de la Madre de Dios, que es la Madre de misericordia, creemos que este reducida gente de ciento cinco godos ha de crecer y aumentar tanto como semillas salen de un pequeñísimo grano de mostaza.

Cuenta la Crónica que Don Oppas, viendo que Pelayo no se entregaría, volvió a las líneas moras y dijo:

- Don Oppas: Marchad hacia la cueva y luchad, que si no es por medio de la espada nada podremos conseguir de él.

Lo que pasó después solo Dios los sabe. Lo crónica dice que los moros se aprestaron a lanzar contra la cueva una nube letal de saetas y piedras, pero que piedras y saetas, milagrosamente, al cruzar el aire volvían sobre sí y caían de nuevo sobre la morisma, sembrando en las huestes de Al Qama muerte y confusión. Pelayo, dando gracias al cielo, arremetió al frente de los suyos contra la vanguardia mora, mientras otros cristianos, apostados en las laderas del valle, arrojaban piedras y troncos y dardos sobre el grueso de la fuerza enemiga. El ejército de Al Qama huyó despavorido, pero los de Pelayo le dieron caza en el campo de Cangas, en el llano, donde murió Al Qama y fue hecho preso Don Oppas, del que nunca más se supo.

Los historiadores actuales, como es natural, describen los sucesos de otra manera. Probablemente, dicen, no hubo exactamente una batalla, sino más bien una escaramuza o una emboscada, como debió de haber muchas en aquellos años y en esos mismos parajes. En un terreno tan estrecho como el de los valles de la montaña asturiana, donde es imposible hacer maniobrar a una fuerza numerosa, los moros debieron de calcular que no podrían sacar de allí a los sublevados. Esto debió de haber ocurrido otras veces. Pero en esta ocasión, sin embargo, el hecho es que los musulmanes fueron rechazados muy lejos. Que Pelayo pudo salir de su reducto. Que pudo llegar de nuevo a Cangas, reinar allí con su pequeña corte y extender sus territorios. Y el ejemplo de Pelayo tuvo tanta fuerza que otros muchos, en la cornisa norte de España, se levantaron. Los moros no tardarían en abandonar Gijón..."

(Del blog de Pío Moa, que lo extrae de "J. J. Esparza, La gesta española, eds. Áltera").



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¿Cuál es la labor primordial de la policía en este régimen socialista (y no me refiero sólo a cuando gobierna el PSOE)? Todos lo sabemos: proteger a los delincuentes de la indignación de los honrados.



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En su libro de viajes por España, George H. Borrow escribió:

"Los andaluces de clase alta son probablemente los seres más necios y vanos de la especie humana, sin otros gustos que los goces sensuales, la ostentación en el vestir y las conversaciones obscenas. Su insolencia sólo tiene igual en su bajeza, y su prodigalidad en su avaricia. Las clases bajas son por lo general más corteses y, con seguridad, no más ignorantes".

Creo que acertó, hoy en día esa mentalidad gobierna ampliamente también a toda la clase media (es decir, la mayor parte de la población). Y, si bien en Ándalusia goza de especial pujanza, está extendida por todo el país, si no por todo occidente.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El pontevedrés Mariano Rajoy Brey, Ministro de Administraciones Públicas cuando se "Congeló" el sueldo de los funcionarios en 1996.