domingo, 4 de febrero de 2007

El castillo ambulante

Esta película de Hayao Miyazaki es muy imaginativa sólo en aparencia, en multitud de detalles accesorios. La esencia de la película es bastante convencional, e incluso simple de más. Es como si el autor cogiera un argumento típico, y como no se le ocurre nada ingenioso, se dedicase a rociarlo con variopintos "plug-ins" prefabricados de fantasía, que al final acaban teniendo una presencia tan protagonista, que por saturación logran esconder la mediocridad de la historia.
Este hombre esta exprimiendo más lo peor de "La princesa Mononoke" que lo mejor, que es muy bueno.
Aparte de eso, también hay una cierta sensiblería cutre, que en otras películas suyas no estaba presente. Es posible que a Miyazaki le haya gustado el caramelo del Oscar por "El viaje de Chihiro" y haya pretendido repetir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es posible. Pero hay que tener en cuenta que el principal inconveniente al que se enfrenta Miyazaki es tratar de llegar a públicos de todas las edades. Partiendo de esta declaración de principios no cuesta imaginar que el espectro temático potencial, por censura respecto a los "peques", se reduce notablemente y no le queda mucha libertad de discurso. De hecho la temática que ofrece Mononoke, su obra mejor considerada (el respeto al ecosistema en general y a la fauna en particular) no es ni por asomo original: todo eso ya se vio en su otra película "Nausikaa del Valle del Viento" y, claro está, esa misma estación también había sido frecuentada por muchos otros.

Mastieno dijo...

Pero la primera mitad de "La princesa Mononoke" no está tan atiborrada de parafernalia extravagante, se centra más en una historia humana, y consigue emocionar bastante más.