lunes, 19 de febrero de 2007

Las estratégicas renuncias ideológicas del PSOE

Para recaudar votos hoy día la mejor estrategia es despojarse de los principios, esos estorbos anticuados que el relativismo absolutista ha puesto fuera de circulación.

Tras su derrota de 1996 el PSOE anduvo deambulando unos cuantos años sin levantar cabeza en cuanto a intención de voto. Quién iba a confiar en sus hipotéticos principios, cuando se había visto que entre sus filas proliferaban corruptos y terroristas. La única solución que tenían, que zetapé ayudó a encontrar, resultó ser además la mejor estrategia de futuro: "si no podemos hacer creer que los tenemos, ¡tirémoslos!"

Los resultados han sido exitosos y espectaculares.

Con el Prestige el truco para conseguir el mayor escándalo posible fue olvidar la ley y su aplicación ('aplicar la ley' suena facha, por ahí no hay camino populista), esa que permitía que buques cochambrosos cargados de toxinas circularan por nuestras costas. Había que centrarse en la gestión posterior al accidente del barco pues era lo más diréctamente achacable al PP, usar la preciada arma del cinismo para plantear como obvios temas nada claros (colaba gracias a la catástrofe, si algo va mal es que se está actuando mal; el truco es engañar sobre qué es lo que se hace mal), en los que elegir una opción u otra no suponía arreglar o empeorar el problema, sino más bien perjudicar a una parte u otra de Galicia.
Renunciaban con ello a sus principios ecológicos, supuestamente de izquierdas. Resultó un éxito.
Y como en el reciente vertido de Cádiz el buque llevaba mucha menor carga de fuel que la que llevaba el Prestige en su día (podría perféctamente no haber sido así), pues aún les dura el chanchullo. En esta ocasión no se ha manifestado ningún titiritero, ni plataforma "nunca mais", ni el gobierno permite que vayan voluntarios y se hagan fotos recogiendo chapapote. Qué extraño.

Con la guerra de Irak. Aquí se trata de olvidar el evidente paralelismo entre esta situación y la segunda guerra mundial. Si allí eran los polacos, aquí los kuwaitíes. Si allí los judíos, aquí los kurdos. Caso aún más vergonzoso que el español es el francés. Cuando les tocó a ellos sufrir las invasiones les besaron los piés a los americanos. Cuando les toca a los árabes: "que se jodan, total, son moros". Si hay que olvidar que en la segunda guerra mundial el ejército aliado también mató civiles alemanes, se olvida. ¡No pasa nada! ZP es robótico y hasta se muestra seguro de lo que dice.
Renunciaban con ello a sus convicciones políticas y militares. El éxito fue aún más desorbitado.

Con esas renuncias ideológicas y algunas otras menos llamativas tenían la revancha casi resuelta pero aún les faltaba un pasito. Si lo dieron a propósito o se lo regalaron los fanáticos islamistas es algo que está por resolver. Personalmente me imagino que sería un regalo, porque de lo contrario, si se llega a saber algún día les costará décadas sin gobierno. Pero vete a saber, igual le dieron una lectura demasiado literal al "carpe diem", o se saben protegidos.

El caso es que el 11-M, junto con su utilización desprejuiciada (otra renuncia: a cumplir la ley, si la opinión pública va a provocar que los jueces no sancionen el delito), hizo que vencieran en las urnas.
Pero además, les proveyó pistas ("el terrorismo puede ayudar...") sobre la renuncia que les va a servir para las elecciones de 2008: renunciar a posicionarse contra el terrorismo. Preveen que eso les de ventaja sobre la oposición durante largos años.

El funcionamiento es tal que así: ellos dejan de estar en la posición contraria al terrorismo. El PP, al menos a corto y medio plazo, continuará en dicha posición. Estratégicamente ellos aparecen en medio de dos extremos. Se trata de jugar con la idea del pensamiento dominante según la cual en la "política", como en muchas otras disciplinas, siempre hay dos extremos totalitarios y en medio está la virtud. Con eso y mareando la perdiz a través de sus medios propagandísticos, consiguen marcar a fuego en la gente la idea de que el PP representa al extremo opuesto a ETA, haciendo tanto daño como ella aunque sea de otra manera y los damnificados sean otros.
Se aprovechan de que el verdadero extremo opuesto a ETA está vacante, nadie lo está ocupando, de manera que pueden presentar al verdadero centro como extremo.
ETA asesina inocentes, pero se puede pensar que son víctimas colaterales en una guerra por la independencia. ¿Pero acaso el clamor popular en las provincias vascas es tan grande a favor de la independencia como para darle algo de entidad a esa creencia? Los resultados electorales muestran que no, pues los partidos de ámbito estatal suman más o menos la mitad de los votos. Además, la ausencia de libertad que provoca el terrorismo de ETA, junto con la manipulación ideológica que ejerce el gobierno nacionalista en las escuelas, impide tomar una muestra real de los sentimientos de la gente. Y no oponerse tiende a empeorarlo, provoca más liberticidio y más adoctrinamiento.
Darle pábulo a terroristas y separatistas representa además otra de las renuncias de la izquierda: dar por válido que en democracia es mejor desunir pueblos distintos (si lo fueran) que unirlos. Pero esa renuncia ya la tenía planeada el PSOE hacía tiempo, como las reformas estatutarias han demostrado, habiéndose convertido en un partido además de socialista, nacionalista.

En definitiva el PSOE prevee que esta última y astuta jugada de renuncia le de muchos años de ventaja electoral. Esperemos que el PP no necesite ardides tan sibilinos y rastreros como los que halló el PSOE, la sociedad permita algo distinto y podamos dejar de sentir arcadas al ver el telediario.

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